martes, 16 de julio de 2013

Burbujeante verano

Perrier-Jouët y el verano

¿Existe una temporada más sexy que el verano? Esta es una estación cálida que invita a lucir los cuerpos bronceados, las siluetas bien cuidadas, la ropa sensual y los sabores frescos y seductores.
Perfectamente imaginable y deseable, así como un gran placer, es estar en un paradisiaco lugar sosteniendo una refrescante copa de champagne, pero no cualquier champagne, sino uno que nos seduzca, disfrutemos sorbo a sorbo, burbuja a burbuja y nos regale sabores inolvidables.

La mente es el mejor afrodisíaco, pero actúa con mayor frescura si es cubierta por una buena copa de un buen vino o de unas suaves burbujas…

Y para eso existe Perrier-Jouët, la casa que produce el champagne más caro del mundo y que se ha degustado por los grandes amantes de esta burbujeante bebida, no es fruto del azar. Es el resultado de casi dos siglos de refinamiento y emociones. Herencia de una casa nacida en 1811 gracias a la pasión de Adèle Jouët y Pierre-Nicolas Perrier. La familia Perrier posee viñedos desde el siglo XVIII en una de las mejores zonas vinícolas de Champagne en Francia.
e estos viñedos salen dos etiquetas finísimas de este delicioso líquido de estrellas, como lo llamó el monje Dom Perignon al beberla por primera vez.
El Perrier-Jouët Cuvée Belle Époque 2000 es el champán más extraordinario de Perrier-Jouët y una de las cuvées de prestigio más famosas del mundo y fue lanzado en 1969.
Perrier-Jouët Belle Époque es un equilibrado ensamblaje de las cosechas más prestigiosas del terruño del champagne: chardonnays de la Côte des Blancs, particularmente de Cramant, que le aportan su gran elegancia, con un pequeño porcentaje de pinot noir, responsable de sus notas frutales.

Con dos siglos de historia, los champagnes de Perrier-Jouët se distinguen por una importante proporción de chardonnay, procedente de las mejores laderas de la Côte des Blancs; champagnes de excepción, sutiles, seductores y con clase, madurados en galerías abovedadas, directamente cavadas en la caliza, en tres niveles y con un total de casi diez kilómetros y a 15 m. de profundidad.

La historia de la Casa Perrier-Jouët está íntimamente vinculada con el Art Nouveau de la Belle Époque, testigo de lo cual es un frasco esmaltado con anémonas en arabescos, imaginado por el maestro vidriero Émile Gallé en 1902, a petición de la Casa y que unos decenios más tarde se convirtió en el emblema de la Casa, con el lanzamiento de la prestigiosa Cuvée Belle Époque.

En 1990, esta bodega inauguró una mansión maravillosamente decorada por los artistas más prestigiosos del Art Nouveau (Majorelle, Gallé, Daum, Guimard, Lalique o Rodin), donde acoge a sus huéspedes con gran hospitalidad. La mansión cobija la primera colección privada de mobiliario y de objetos de arte de la Belle Époque.

Así que en este verano, saquemos nuestras mejores botellas, pongámoslas a enfriar y démonos ese burbujeante y divertido placer… Solos o acompañados, una sola copa puede ser nuestra mejor cómplice.

Y esta bebida, la más festiva y glamorosa que existe puede tener varias personalidades, pues además de disfrutarla sola, también es perfecta para preparar algunos cocteles. Te damos este par de ideas:

Bellini

Este coctel fue creado por Guiseppe Cipriani, uno de los dueños del bar de Venecia más famoso de la historia, el Harry’s Bar, en 1948. Mezcla 2/3 de champagne con 1/3 de puré o jugo de durazno o melocotón, todo muy frío. Puedes añadir unas gotas de limón para darle más acidez y se puede decorar con melocotón.

Mimosa.
No falta en los mejores brunch…
Está compuesto por una parte de champán y una parte de juego de naranja. Es suave y refrescante, con baja graduación alcohólica, y se sirve en copa de flauta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario