martes, 2 de agosto de 2011

Vinos y fiestas

Elegir el vino correcto para una fiesta no es un tema menor.

En este caso hay más de un paladar que conformar, el tema del “que dirán” (aunque nos cueste admitirlo, hasta el mas fanático amante de la buena vida termina negociando con el “establishment social”) y desde ya el problema presupuestario.

Sin pretender escribir un manual inefable sobre el tema, con toda humildad hay un par de consejos útiles al respecto que ayudan.
Hay tres aspectos importantes a tener en cuenta al momento de elegir el vino para una fiesta:

1. Sociales: marca, etiqueta, packaging y presentación.

2. Enológicos: estilo de vino.

3. Económico: relación precio-calidad y presupuesto disponible.

Los sociales

Mas allá de cualquier consideración enológica, hay muchos anfitriones que necesitan contar con el respaldo de una marca conocida y apreciada. Hoy ofrecer un buen Riojano, es una decisión segura que no puede fallar.
Me permito contar una anécdota para ilustrar el tema:

Hace un par de años, intenté convencer a un amigo de arriesgarse a un vino de bodega boutique para su fiesta de Navidad. Su respuesta fue: “... muy interesante el tema de los taninos y las frutas rojas, pero si en mi casamiento no pongo Marques de Riscal, la gente va a pensar que soy un tacaño. No sé cuantos invitados sepan de vino, pero estoy seguro que todos saben el precio de un vino famoso ...”

Esto no es una crítica para mi amigo, todo lo contrario. Tenía muy claro lo que quería y conocía muy bien el perfil de gente que invitaba a su fiesta. Y, la verdad que tenía el dinero para pagar su antojo de este vino .

La etiqueta y la botella también pesan al momento de lograr aceptación social.
Mas de un comensal poco formado en el mundo del vino, mirará con recelo y sospecha las austeras etiquetas que presentan grandes vinos (sobre todo los de boutique, por otra parte, mas allá del vino, aprobarán la elegantísima presentación de algunos vinos italianos, aunque suene un poco superficial, en las fiestas el vino tiene que “ser y parecer”).

Y la verdad que no está mal tener en cuenta estos aspectos sociales.
Mas allá de lo entendidos o sofisticados que seamos para elegir nuestros vinos en casa, sería por lo menos insensato negar que una fiesta es un evento social, y es muy comprensible tener en cuenta que el vino seleccionado no solo transmite cosas por la nariz o el paladar.

Para este segmento los vinos le recomiendo:

Celeste: A casi 900 metros de altitud se pueden acariciar las estrellas. Y jugar a dar forma a las nubes. El aroma del atardecer es más intenso y la luz del sol reposa sobre la tierra con todo su esplendor. A casi 900 metros de altitud nace Celeste, el primer Ribera del Duero de la Familia Torres. Celeste es un vino opulento con mucha fruta, cuerpo y color. Color cereza picota. Nariz intensa y potente, con notas de frutos rojos y especias. En boca la entrada es agradable y redonda con taninos suaves y final afrutado.

El vino ha envejecido en roble francés y roble americano durante doce meses. Su presentación es original, la etiqueta reproduce de forma exacta una bóveda celeste de una noche de octubre.

La explicación a esta etiqueta es, que la ubicación de la bodega es como un observatorio natural del cielo de la Ribera del Duero.

Cvne
es la bodega que dio origen a la compañía en 1879. Y aún hoy conserva su emplazamiento originario: el vinícola Barrio de la Estación de Haro, en Rioja Alta. Cvne Crianza, hecho con Tempranillo (80 %), Mazuelo (10 %) y Garnacha tinta (10 %). Vino muy agradable al paladar con una entrada fresca y suave donde se entremezclan las frutas rojas y el regaliz propios de la variedad mayoritaria, con los cafés y torrefactos procedentes de su crianza en barrica de roble americano. En cuanto a su maridaje es un gran amigo de la dieta mediterránea además de un perfecto acompañante para cualquier ocasión.

Estos vinos se han convertido en un referente mundial en el sector vinícola.

Bodega del Palacio de los Frontaura y Victoria
se distingue por la originalidad de su proyecto empresarial y la singularidad de sus vinos. Su Frontaura Crianza es un vino de color rojo rubí intenso muy brillante a pesar de su largo paso por barrica. En nariz se aprecian perfectamente los aromas frutales propios de la variedad Tinta de Toro, junto con los elegantes torrefactos y tostados, y los delicados toques de la vainilla que aportan las nobles maderas utilizadas para su crianza. En boca es un vino envolvente, sedoso, de tanino muy fino. Además, ofrece los toques de frutas rojas y los sabores minerales que han aportado al vino la propia tierra. En el retrogusto vuelve a manifestar su crianza en barricas de roble.

Arzuaga
es una finca de 1,400 hectáreas con todo el viñedo, la reserva cinegética de animales de caza mayor, ciervos insignia de nuestra bodega, jabalíes y muflones, rodeados de viñedo y entorno a la casita de más de 200 años propiedad de Florentino Arzuaga, gerente propietario de Bodegas Arzuaga.

La bodega se alza cerca del Duero y adorna una carretera tan castellana como la que une Soria con Valladolid. Un canto a la piedra, sólida y rústica con evocación monacal por sus arcadas, torres a los lados y, en el centro, el campanario coronado por la veleta de los vientos. Fuera la piedra y dentro la cálida madera del olmo dan la bienvenida al visitante y preparan su ánimo para probar unos vinos especiales. Su vino Gran Arzuaga posee un color rojo cereza lleno de brillo, con ribetes violáceos. Tiene una capa muy alta y profunda. Una gran paleta aromática inunda los sentidos. Empiezan unos aromas a fruta roja madura ensamblados con perfumes de maderas nobles como la caoba.

Siguen una mezcla de aromas a cacao y cerezas en alcohol; y finalmente nos hace llegar unas pinceladas que recuerdan el cedro, acompañadas con las especias tan inconfundibles de estos terruños. Todo ello envuelto con unos matices florales “únicos”. En boca es sabroso y envolvente, destacando una longitud sin parangón. La estructura llena la boca con sensación de sedosidad y demuestra una gran clase. Toda esta potencia tánica es acompañada por esos aromas a fruta madura y notas finas a tabaco.

Estamos ante un vino que puede parecer austero pero que ya expresa unas cualidades extraordinarias y revela un fabuloso potencial.