martes, 27 de agosto de 2013

Hablemos de los aromas

Estos nos salen al paso, y muchas veces no los advertimos, casi parecemos indiferentes a su presencia, necesitamos detenernos un momento cuando nuestro olfato percibe el rastro fugaz de un olor.

En el agobio del día la huella del café recién molido de pronto nos hace sonreír, el tiempo se detiene, también nosotros nos detenemos un momento, queremos llenarnos de placidez, de ese placer sencillo, en el que el aroma del café nos coloca en un instante.

 Apenas y nos damos cuenta de que la ensoñación nos ha atrapado y así comienzan mis dias en mi terraza del Celebrity Infinity, mientras degusto mi expresso y gozo las vistas del mar azul.
Viajar en crucero se ha vuelto una maravillosa forma de recorrer el mundo y de conocer diferentes puntos de los países que se visitan,

En esta ocasión me ha tocado viajar en el lujoso Infinity Celebrity, en donde cada detalle es simplemente magnífico.

 Cada puente de este barco tiene un acabado lujoso de madera, de mármol, de cristal gravado con aguafuerte y de granito pulido. Obras de arte originales están expuestas por todos, además de que posee camarotes espaciosos y suntuosas suites .

Mi suite es perfecta, con un balcón privado y grandes comodidades; es como sentirme en casa pero, además, cada mañana me levanto con la caricia de la brisa marina y aroma a frescura.

En este crucero, la comida suntuosa y los espectáculos de teatro son como los mejores de Broadway, podemos disfrutar del bar con música de piano a medianoche, de desayunos con vista al mar al amanecer, de divertidas y diferentes actividades, entre muchas otras cosas...

Estoy tomando el crucero de 10 noches por las islas británicas que sale de Harwich, Inglaterra, situada en el estuario de los ríos Stour y Orwell, y es un puerto muy frecuentado. La ciudad antigua ha sido testido de una gran historia, y muchos visitantes han llamado a su playa la más bonita de Essex, y no están equivocados.

De ahí, nos desplazamos a Le Havre, en Francia, ubicado en el estuario del Sena, y es el segundo puerto francés más importante. El puente de Tancarville es una obra maestra de arquitectura que no hay que dejar de visitar.

Seguimos el recorrido por el puerto St. Peter, en la capital de Guernsey y es una de las islas del canal, ubicada frente a las costas de Normandía. A pesar de que, como es lógico, el uso del inglés está muy extendido en la isla, su cercanía con Francia la ha impregnado de un distintivo sentimiento francés que también se refleja en el idioma local: un dialecto normando-francés conocido como francés de Guernsey.
 Esta pequeña ciudad destaca por su belleza natural y como vía de acceso a las otras islas del canal.

Nuestra siguiente parada es Cork, la segunda ciudad más importante de Irlanda, sólo superada en tamaño por Dublín.

Aquí se pueden visitar los castillos, un parque de reserva natural, un centro para visitantes, un ferrocarril modelo y una prisión fortaleza restaurada.
Seguimos hacia Waterford, la ciudad más antigua de Irlanda, con varios modernos centros comerciales, pubs y bares que la llenan de vida y restaurantes de alta calidad.

Una hermosa ciudad moderna y antigua a la vez. Además, posee grandes montañas, bosques inmensos, de lagos y landas, además, playas de arena blanca y un mar muy pacífico. Algo que la hace famosa es su cristal, y es casi imposible que alguien se vaya de aquí sin comprar un cristalino souvenir.

Luego, la siguiente visita es en la capital irlandesa: Dublín. Preciosa para recorrer las calles donde Joyce, Yeats y Oscar Wilde lo hicieron. En Trinity College Library se pueden admirar los libros que datan del siglo IX de Kells. Y claro, nadie, puede irse sin saborear la famosa Guiness. Dublín es también el centro de gran parte del arte y la escena artística irlandesa y sede de las bibliotecas y museos más importantes de Irlanda.
Seguimos hacia Liverpool, una ciudad que tiene mucho que ofrecer (música, patrimonio histórico, tiendas, vida nocturna, cultura y deporte.) y está situada al noroeste de Inglaterra, sobre el lado norte del estuario del río Mersey.

Se pueden visitar la costa y los muelles, o uno de sus muchos museos y galerías de arte o cruzar en ferry el río Mersey. Liverpool comenzó a prosperar en el siglo XVIII como principal puerto comercial trasatlántico de Gran Bretaña, época que puede revivirse en el Museo

Marítimo de Merseyside, en el muelle Albert, que además de ser gratuito es el mayor de Europa. Liverpool es también la ciudad natal de los Beatles.

El crucero hace su siguiente parada en Glasgow, la mayor ciudad de Escocia, con una oferta de ocio y diversión que incluye magníficas tiendas, animados bares y clubes y buenos restaurantes.
 Es un importante centro comercial y artístico, poseedora del Premio a la Ciudad Europea de la Cultura en 1990. Ofrece una maravillosa mezcla de entretenimiento cosmopolita y fantásticos paisajes naturales en los alrededores.

Después de Glaslow y de un día de descanso en altamar para disfrutar de las actividades del Celebrity Infinity, llegamos a Invernes, capital de las Highlands, donde cada año llegan muchas personas para impregnarse de su historia, cultura y tradiciones.

También es el nombre del castillo de Macbeth, en la tragedia de Shakespeare.

El lago Ness es una de las principales atracciones de la región y es mundialmente conocido por las famosas leyendas del también famoso monstruo.

Desde el castillo de Inverness podemos disfrutar de espléndidas vistas del río Ness y de Moray Firth y, cerca del castillo, se extiende la sombría atmósfera del campo de Batalla de Culloden, donde en 1746, Carlos Estuardo (Bonnie Prince Charlie), con sus aliados Jacobitas, luchó contra su primo lejano, el duque de Cumberland, que estaba al mando de las tropas del gobierno. Hoy las marismas de Culloden son un remanso de paz que parece desmentir su sangriento pasado.

Una visita a Escocia no puede considerarse completa si no se prueba alguno de los inimitables whiskys que ofrece este país.

lunes, 19 de agosto de 2013

Hogar fuera del hogar


Durante una cena entre amigos toqué el tema de la hospitalidad con uno de mis restauranteros favoritos, el distinguido y encantador Luis Galvez, dueño de Les Moustaches y Bistro Moustaches, quien definió la hospitalidad como “un servicio eficiente con una sonrisa”.
 Julien Debarle, el flamante y joven director de Operaciones de hoteles Intercontinental en México, se inclinó por una explicación más poética y coincidió en que la hospitalidad es “proveer un hogar fuera del hogar”. Ambas definiciones sonaban excelentes, pero en realidad me faltaba algo mas sobre el concepto.

Claro, la hospitalidad empieza con un buen producto y un buen servicio, instalaciones atractivas, buen ambiente, buena comida, amabilidad, trato cordial y, sobre todo, eficiente. En este mundo competitivo son los ingredientes básicos y, para nosotros los consumidores, es el punto de equilibrio a nuestras expectativas. Sin embargo, “lo básico” no las excede y no nos hace recordar la experiencia.

Muchas veces sólo recordamos las pequeñas molestias de nuestra estancia o comida, el ruido de los vecinos, el control remoto de la televisión que no funcionaba, la sopa que no estaba bien caliente. Obviamente se requiere algo más para impresionarnos.

¿Qué nos impresiona?

Cosas fuera de nuestra percepción. Respetamos a las personas que resuelven problemas, que se fijan en los detalles, que piensan las cosas antes que nosotros. Un profesional de la hospitalidad es flexible y anticipa; está presenta cuando se requiere pero no se impone y es discreto.

Elegancia única:

Westbury Mayfair, en Londres, cuyas mejores cualidades son su calidad y lujo contemporáneo sin paralelo, que han ido creciendo desde 1955, fecha en la que abrió sus puertas.
Ahora cuenta con 246 habitaciones, de las cuales 20 son suites que se distinguen por su comodidad, diseño y tamaño, de acuerdo con los estándares de Londres.
En este lugar pude degustar una gran variedad de comida y vivir una grata experiencia en el discreto y casual restaurante japonés Tsukiji Sushi, que combina lo mejor de esta cocina con el espíritu londinense.
También pasé un inolvidable momento en el Polo Bar, que cuenta con un diseño Art Deco y en el que se pueden probar las mejores bebidas y cocktails de Mayfair.
De hecho, el Polo Bar fue votado en 2010 como El Mejor Bar de Hotel del Año. Y no es para menos, pues no sólo es chic y tiene detalles de cristales de Swarovski, sino que todo está enmarcado en un ambiente sofisticación.

Saint James Paris, que con su impactante fachada, enmarcada por árboles, ya le quita el aliento a cualquiera, pues hay que resaltar que éste es el único castillo-hotel de la ciudad.
Situado en una zona tranquila y exclusiva, muy cerca del Arco del Triunfo, este hotel posee un lobby espectacular (con grandes escaleras, alfombras rojas y mármol alrededor) y ofrece habitaciones amplias y con una gran vista a una fuente o jardín.
Una de las cosas que más llamó mi atención fueron las paredes de cada suite, pues están decoradas individualmente con distintos colores y formas, con muebles de un diseño muy europeo y pinturas tanto modernas como antiguas. ¡Ninguna de las 48 suites y habitaciones es igual!
El restaurante se distingue por ofrecer lo mejor de la cocina gourmet francesa, que en el verano se puede degustar en la terraza del jardín.
Y para aquellos que desean disfrutar de la quietud del lugar, pueden entrar y ser hechizados por alguno de los 12 mil libros que hay en el bar-biblioteca del hotel, donde además los viernes se puede gozar de música jazz.
Por supuesto, también disfruté el jacuzzi, el sauna y los masajes del spa Gemology, así como del gimnasio.
Todo bajo un excelente servicio, que hizo mi estancia mágica y placentera.

Un entorno peculiar
Hospedarme en el Fresco Cave Suites & Mansions Cappadoccia fue una experiencia única, pues está decorado para estar acorde con la arquitectura de Capadocia.
Además, sin duda, me transportó al periodo otomano del siglo 18.
Su ubicación permite poder conocer toda la zona y regresar a él para descansar y ser consentido por su personal, cuya atención personalizada es de primera.
La limpieza y decoración hay que resaltarlas, pues esta “cueva” boutique es única, donde el lujo y lo acogedor se unen de manera natural, como la región misma.
De hecho, las habitaciones tienen un común denominador: las piedras, y algunas de ellas tienen en las paredes y techos formas caprichosas.
La hospitalidad sin duda me hizo sentir como en casa, como si fueran mis propios amigos de hace años los que me recibieran, pues en todo momento estuvieron atentos a mis necesidades.
La comida es particularmente deliciosa, así como el café que pude disfrutar en la terraza, desde donde pude capturar en mi cabeza una de las mejores postales del lugar.
Relais Santa Croce, en Florencia, es un lugar que se caracteriza por su intimidad, ya que sólo son 24 habitaciones, y por su buen gusto.
Aquí uno puede escapar del bullicio de las calles y llegar a descansar después de un largo día de visitas a sitios sumamente interesantes.
El hotel, que se ubica cerca de la Estatua de David, está asentado en el antiguo Palacio Ciofi Jacometti, en el corazón de Florencia, el cual se ha restaurado respetando su arquitectura y sus frescos originales. Sin embargo, pese a su “máscara” ancestral, es un hotel moderno que provee a sus invitados de la más alta tecnología y comodidades.
Además, los empleados reciben a los huéspedes con un gran trato, que es enmarcado por la belleza del lugar, pues posee unos techos altísimos y unos frescos que reflejan la historia del lugar que data del siglo 18.
Las suites son de gran comodidad y llenas de detalles suntuosos. Las que se ubican en lo alto tienen terrazas que dan a la Basílica de Santa Croce y desde donde se puede apreciar la ciudad.
Y probar las delicias que se preparan en el restaurante Guelfi e Ghibellini es algo que nadie se puede perder, ya que, incluso, está considerado como uno de los mejores de Florencia.

París

También en la Ciudad de la Luz se encuentra el Intercontinental Paris Le Grand, que es, como ellos mismos lo describen, un tesoro histórico en el centro de la ciudad.
Desde el hall uno puede observar que es un hotel clásico (ya cumplió 150 años), en el que por la tarde-noche te reciben con música de piano.
Aunque el hotel es muy grande, en cada rincón recibí una atención inmejorable y, por supuesto, una sonrisa. Es de esos lugares donde sin pensarlo dos veces regresarías con los ojos cerrados.
Por supuesto hay lujo y elegancia por donde se voltee, pero uno de sus mayores atractivos es su ubicación, pues ofrece una panorámica nocturna de la Ópera de París y está cerca del Museo del Louvre y otros destinos turísticos.
Inaugurado en 1862 y enclavado en un jardín de invierno de 800 m2, en este hotel también es un “must” visitar el Café de la Paix y el restaurante La Verriere.

viernes, 9 de agosto de 2013

Milán: elegancia total

Desde los años 50, Milán es conocida como la capital de la moda de Italia. Lo que hay que ver en en esta ciudad tan fashion se refleja en las dos principales actividades al año, cuando representantes de tiendas y de medios internacionales llegan a la capital lombarda para asistir a lo desfiles de Armani, Versace, Dolce & Gabbana y otros en la Vía Montenapoleone.


En el centro de Milán, en uno de los barrios más históricos de la ciudad y en un convento del siglo XV, está el hotel Four Seasons, que alberga  118 elegantes habitaciones de lujo, así como tres restaurantes de gran calidad, todo ello enmarcado por un patio claustral y con un gran paisaje del siglo 15. Las habitaciones combinan la arquitectura tradicional con el diseño italiano y con modernas habitaciones.

El hotel ha sabido sacar el máximo partido de la austeridad, sobriedad y sencillez de este tipo de edificaciones, para dar vida a un magnífico hotel de cinco estrellas donde un lujo contemporáneo y un ambiente acogedor y silencioso conforman una estética caracterizada por imponentes galerías de arcos construidos con ladrillos, y una iluminación donde impera la técnica del claroscuro.

Con vistas al jardín interior Il Patio, Il Teatro está abierto para la cena y brunch dominical. Después de cenar, el teatro también está disponible. La Veranda, dirigida por el famoso chef Sergio Mei, muestra la cocina mediterránea y local. Aquí se puede disfrutar del desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Su salón Il Foyer cuenta con música de piano, una chimenea, y una colección de bocetos que Filippo Peroni hizo para el Teatro alla Scala.

Las habitaciones combinan la decoración del siglo décimo quinto con detalles arquitectónicos originales contemporáneos chic.Patricia Urquiola, diseñadora española afincada en Italia se ha encargado de que estas instalaciones cunenten con un suntuoso Spa de 800 metros cuadrados.
Este lugar de relajación situado en plena urbe cuenta con siete cabinas para tratamientos, cuatro salones de masajes, un salón para la manicure y pedicure, y una wetroom. Para aquellas personas o parejas a quienes no les guste compartir la intimidad de las termas, el hotel les ofrece un pequeño balneario privado en forma de suite doble.

Por medio de una decoración sencilla y natural, concebida para realzar lo mejor de los materiales con los que ha sido construido, Urquiola ha sabido crear un auténtico oasis de paz en uno de los barrios más animados de la capital de la moda italiana.


martes, 6 de agosto de 2013

Delicia londinense

Estoy tomando unos grandiosos días por algunos países de Europa. Uno de ellos es Gran Bretaña, en donde he disfrutado de Londres que, por cierto, está de fiesta con el nacimiento del hijo de los duques de Cambridge. 
Además de este gran ambiente he aprovechado pora caminar por sus calles y visitar lugares de interés, que son bastantes.
Me hospedo en el Westbury Mayfair de Londres, situado en Bond Street, a 15 minutos a pie de Buckingham Palace, así que imagínense todo el movimiento que se vive estos días "reales".
Las tiendas de diseñadores de Bond Street están a cinco minutos a  pie, y la estación de metro Oxford Circus, también, así que estoy muy bien ubicada.
Uno de sus restaurantes es el Alyn Williams, que acaba de obtener una estrella Michelin (a tan solo diez meses de haber abierto). Es sobrio, elegante,y ofrece comida europea creativa, elaborada con productos frescos de temporada.

Después de ocho años perfeccionando su oficio con Marcus Wareing, en el Berkeley Hotel, su chef del mismo nombre, Alyn Williams, entró en el centro de atención con la apertura de su restaurante homónimo en otoño de 2011 y ya ha creado un gran impacto.
Una estrella Michelin, tres premio AA Rosette, ranking top 15 en 100 mejores restaurantes del Reino Unido y el Chef Nacional de la corona el año han catapultado Alyn y a este sofisticado establecimiento en el top de la lista de los más deseados.
Para Alyn no hay ningún secreto para lograr una estrella Michelin: “Trabajé en restaurantes con estrellas Michelin. Es solamente  trabajar en el standard correcto, no hay una fórmula”, asegura el chef, quien también afirma que hace lo mejor que puede y cocina con pasión y con el corazón, así como que no cuenta con recetas secretas.
Para él, además, la comida no es clásica sino moderna, y no suele seguir las tendencias culinarias.
El restaurante está comprometido en utilizar los mejores ingredientes de temporada, manteniendo una cocina sencilla con toques contemporáneos, garantizando una presentación impecable y gran servicio, dirigido por Giancarlo Princigalli, quien se encarga de que todo sea impecable.
La sala de vinos es única y es el punto focal del restaurante donde hasta ocho personas pueden cenar rodeados por algunos de los mejores vinos del mundo. Aquí, el ritual ya es algo tradicional: los huéspedes eligen su vino y Alyn se encarga de crear un menú totalmente a la medida para complementar la botella elegida. 
Combinar la cocina contemporánea con un entorno intemporal, todo en un destino de lujo de cinco estrellas, Alyn Williams ha traído aún más calidad a este hotel de lujo.
En una pequeña entrevista en su restaurante londinense, este magnífico chef me confesó:
Su comida favorita: la india, aunque también le gusta mucho la típica comida inglesa
La mejor gastronomía para él: todavía la comida francesa es la mejor
Su platillo favorito: huevos cocidos, tostadas, brioche con trufas
Comida afrodisiaca: ostras y champagne
Bebida favorita: black velvet Guiness y champagne
Ciudades para visitar: New York y San Francisco
Ciudad para vivir: Aspen
Si Alyn fuera platillo sería: cordero y menta