jueves, 11 de febrero de 2010

Chile y sus sabores

El país sudamericano luce por su estupenda propuesta gastronómica, con productos del terruño con los que se desarrollan platillos en los que confluyen tradición y vanguardia


Volví de Chile hace unos días y todavía están palpables en mi paladar los sabores de su comida, aquí les platico de algunos de sus espléndidos restaurantes:

Mestizo
Santiago, 2 de Febrero, 2010

Ubicado en el sector norte del Parque Bicentenario de Vitacura, frente a la laguna artificial, a finales de 2007 se inauguró Mestizo, un lugar vanguardista gracias a su gastronomía, su concepto arquitectónico y el entorno natural que ofrece.
Es una experiencia a la vista, al paladar y a las sensaciones de una buena mesa. La carta es una apuesta única en la cual se han desarrollado platos novedosos donde se mezclan platos típicos chilenos con influencia de cocina latinoamericana y española.

Mientras se disfruta de su linda decoración de maderas nobles, cuero y granito se puede gozar de sus ricos platillos. Los comensales que se ubican en la terraza verdaderamente lo pasan bien. Raro es hablar de los baños de los lugares, pero no se pueden pasar por alto los del Mestizo, que realmente llaman la atención por lo bonitos que son.

El mestizo es un edificio moderno y a la vez vintage de vanguardia pero que rescata sabores del pasado. El restaurante lo lleva Cristián Correa, quien fue chef del Agua -ahora a cargo del notable Richard Knobloch, y que desea rescatar las raíces de su cocina.

Sus platos destacados con el carpaccio de loco (tipo mejillones) y aguacate, ravioles de plateada (platillo típico chileno a base de carne) y chupe de jaiba.
También recomiendo el pulpo grillado, el mero en costra de jamón serrano y el pernil crocante. Todos perfectamente preparados y con un sabor para recordar.

Para terminar y acompañar el rico café, la degustación de postres tradicionales es muy buena opción. Otras de sus especialidades son las sopaipillas (masa de harina de trigo frita) pasadas con helado de canela y pastel de tres leches.

La carta de vinos tiene muy buenas sugerencias, pero aproveche el despliegue de botellas chilenas que le ofrece.

También puede disfrutar de sus cocteles, como el Violeta y Víctor (absolut pears, jugo de toronja y jugo de limón), Sangre mestiza (bacardi apple, licor de canela y jugo de limón), Emiliano (absolut kurant, crema de cassis, arándanos y limón de pica). Uno de los cocteles más originales es Puerto Principal, que fusiona absolut vodka, jugo de limón, caldo de mariscos y aliños.

Sin duda en Mestizo la pasará muy bien, tanto en ambiente como en el gusto y calidad de sus platillos, seguro es un lugar al que siempre volverá.

Restaurante Caruso
Valparaiso, Febrero 3 a las 20:00 hrs.

En el puerto de Valparaíso se pueden disfrutar de varios restaurantes que ofrecen gastronomía chilena, claro, aprovechando los productos que el mar les ofrece.

Uno de ellos es el Caruso, ubicado en la calle de Cumming. En él se respira un clima de comodidad, sencillez pero es a la vez es un lugar cálido, casero y ofrece platillos muy ricos.
Posee un sello peculiar otorgado por sus pioneros, los miles de inmigrantes llegados a sus cerros que aportaron distintas pinceladas de sabor a sus mesas. Con el tiempo, esa suma de experiencias, ingredientes y sazones consolidaron un recetario de identidad propia.

El objetivo de Caruso es posicionar la gastronomía chilena y sus especialidades entre las más prestigiadas de este lado del mundo.

La apuesta de este restaurante es ofrecer los sabores de siempre bajo una puesta diferente en escena distinta, tanto en servicio como en propuesta culinaria.

Tomás Olivera Leiva es el chef que encabeza el restaurante. Él es chileno y goza de alrededor de 16 años de experiencia en las áreas de banquetes, restaurantes, catering y cocina industrial, entre otras. Donde adquirió la experiencia necesaria para dirigir las cocinas fue en The RC, en Santiago.

Esto le ha permitido desarrollar diferentes propuestas gastronómicas, siendo una de sus principales fortalezas, el rescate de sabores, preparaciones y productos chilenos.
Olivera se desempeña además como chef asesor de LAN para su clase ejecutiva.

El menú de Caruso es muy completo, ofrece opciones para compartir, entradas, platos fuertes y postres, además de bebidas variadas.

Si para comenzar queremos compartir podemos hacerlo con unas calugas de pescado o unas típicas empanadas de queso, de mariscos o de carne.

Como entradas, un causeo de mariscos o una cazuela de cerdo con chuchoca (está hecho a base de maíz).

Y ya listos para el plato fuerte prepárese para darle la bienvenida a un pescado a la “lata” con puré, unas calugas de pescado y ensalada chilena o un jugoso lomo a la parrilla con “papas cholas”.

De postre, endulce el final de la comida con una leche asada, unas papayas rellenas, unas peras en almíbar o un colegial (pudín de pan).

También tiene una carta de vinos en la que encontrará le mejor botella para acompañar sus platillos, así como espumosos.

Restaurante La Marmita
Patagonia, Punta Arenas, Febrero 4 a las 20:00 hrs.

Ubicado frente a la Plaza Sampaio, este restaurante ofrece una cocina que llaman “mestiza de autor”, destacando sus opciones vegetarianas, muy poco frecuentes en Punta Arenas, sin dejar de lado el sabor que ofrecen los productos de la zona y en especial preparaciones que incluyen también variedades de carnes y mariscos.

Después de una larga búsqueda de identidad se cayó en cuenta que la cocina chilena es una gran mezcla de culturas, influenciada fuertemente por inmigrantes a través del tiempo, que unidos por las raíces y costumbres autóctonas dan origen a la cocina chilena. En La Marmita intentan rescatar sin prejuicios sus guisos más criollos, aquellos que se han perdido a través del tiempo, sabores que evocan recuerdos y emociones.

Aquí se elabora cocina saludable utilizando productos orgánicos de mar y tierra, con un fuerte énfasis en la elaboración de platos regionales y de recetas históricas.
Su decoración es de colores alegres y mezcla detalles que entregan una calidez que agrada desde el momento en que cruza su puerta y que se refleja en una cálida atención entre un público muy cosmopolita, y es una visita obligada para los visitantes.

Las mesas son poquitas así que es recomendable reservar. La atención de su dueño es muy dedicada y atenta.
La carta no es muy extensa, pero permite dar un recorrido por la cocina regional, todo es fantástico.

La variedad de productos nobles y frescos son la inspiración de la carta de nuestro restaurante, donde encontrará también una cocina moderna y siempre variada con materias primas regionales tradicionales y exóticas de temporada, en preparaciones autóctonas y de autor. Privilegiando las preparaciones sanas bajas en grasas saturadas.

El restaurante tiene una carta cíclica semestral, en donde aprovechan los productos de cada estación.

Entre los platos más destacados puedo sugerir:
Cancato de congrio, envuelto el papel alusa foil, relleno con tomate, zapallo italiano y alcaparras, vino blanco y jugo de limón. Chuletas de cerdo a la alsaciana, acompañadas con papas a la mostaza aderezadas con cerveza, guarnición de chucrut con tocino y una butifarra. Lasaña de ostiones, en vez de masa lleva tomates y zapallos italianos grillados y el relleno es de ostiones con queso y salsa blanca. Pulmai (curanto en olla), preparación de autor. Este curanto servido en una olla de bambú tiene pollo, almejas, choritos, longaniza, papas, chapaleles y, por supuesto, un delicioso caldo. Filete de vacuno, papas con semilla de cilantro y ratatouille.

Los vegetarianos o quienes no tengan antojo de carne en ese momento están la rema de zapallo (calabaza) aromatizada con jugo de naranja y jengibre, y los dolmades al vapor, que son hojas de acelgas rellenas con arroz integral, pasas y Fideos cabellos de ángel, acompañadas con champiñones Paris, shitaki y ostras, tomate, ajo.

Entre los postres encontramos torta de merengue con lúcuma (exclusivo de chile) o con moras, higos rellenos con nueces, semifreddo de almendras acarameladas y clementinas y la torta llorona, postre tibio de chocolate amargo con centro de chocolate líquido.

En su próxima visita a la Patagonia chilena por favor no deje de visitar y de comer en este lugar tan encantador, quedará fascinado, como yo.

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