miércoles, 7 de noviembre de 2012

Entre vino y burbujas


Una gran fiesta de sabores se organizó en el restaurante Biko, de los chefs Mikel Alonso y Bruno Oteiza, quienes lo abrieron en 2008 y se ubica en la lista San Pellegrino que enumera a los 50 mejores del mundo.Ahí probamos, además de sus platillos de inspiración vasca, el vino riojano Campo Viejo y agua S. Pellegrino.

Campo Viejo, cuya nueva bodega fue inaugurada en 2001, fue diseñada para establecer un equilibrio armónico entre la enología, la arquitectura y la sostenibilidad. Estos elementos están unidos para crear un templo de la vinicultura que permanece en la vanguardia del mercado vitivinícola internacional actual.
De Campo Viejo probamos su vino Reserva, el equilibrio perfecto entre la fruta y las especias suaves provenientes del roble, compuesto por un 85% Tempranillo, 10% Graciano, 5% Mazuelo. Es de color rojo rubí con borde dorado.

Brillante y profundo. Aromas complejos. Gran equilibrio entre la fruta (cerezas, ciruelas negras, moras maduras) y los claros matices procedentes de la madera (clavo, pimienta, vainilla y coco). El sentido del olfato se intensifica aún más con los aromas que se desarrollan durante la crianza en botella. Suave y equilibrado en el paladar con un final permanente, largo y pleno de elegante sabor.
Su gran sabor estuvo acompañado del agua mineral S. Pellegrino, agua proveniente de los Alpes italianos y que se filtra durante 30 años, lo que le da un sabor muy especial y diferente. Sus 14 minerales le dan la capacidad de obtener un gran sabor y para maridar con vinos.

S. Pellegrino armoniza muy bien con vinos tintos, vinos rosados de alta graduación y con vinos blancos de cuerpo. Combina también a la perfección con platos ricos en sabor.

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