jueves, 24 de julio de 2014

Aman Resorts

Combinando la palabra “paz” en sánscrito con la palabra Kora –peregrinaje en Dzongkha, the Bhutanese language, Amankora es una serie de hoteles en el centro y oeste de Bhutan, el único reino budista himalayo sobreviviente.
Aman Resorts nos ha ofrecido una experiencia íntima y discreta a la vez que que proporciona el más alto nivel de servicio. Cada resort y su entorno son únicos, además de que existen ciertos elementos que los caracterizan a todos ellos, como un hermoso lugar natural, excelentes instalaciones, un servicio excepcional y un pequeño número de habitaciones para garantizar la exclusividad y la privacidad.

Desde 1988, cuando se abrió el buque insignia Amanpuri en Phuket, Tailandia, Aman Resorts ha establecido centros turísticos en Bhutan, Camboya, China, Francia, Grecia, India, Indonesia, Italia, Laos, Montenegro, Marruecos, Filipinas, Sri Lanka, Turquía, las Islas Turcas y Caicos, Estados Unidos de América y Vietnam.

Cada complejo se caracteriza por un número reducido de habitaciones (por lo general menos de 55) y la arquitectura minimalista ha sido diseñada para complementar el entorno natural y cultural de la localidad. Materiales de construcción autóctona y técnicas se utilizan tanto como sea posible. El personal es generalmente de cuatro personas por invitado. No hay recepción ni vestíbulo ni botones, ya que estos resorts están diseñados para crear la impresión de que los huéspedes se alojan en una residencia privada.

Entre ellos está el hotel Amankora Thimphu, inaugurado en 2005,  situado en Thimphu, Bhutan, y es un oasis de tranquilidad dentro ajetreo y el bullicio de la capital. Cuenta con una ubicación dentro de un bosque de pinos en la parte alta de la montaña y en el que es fabuloso respirar ese aire tan puro y fresco. Está construido sobre una base de piedra y sus habitaciones están en el primer piso.
La arquitectura del hotel es una reminiscencia de los templos butaneses, o dzongs, e incorpora edificios de piedra alrededor de un patio cerrado.
 

En este hotel de lujo, de edificios blancos, la decoración de las habitaciones y zonas comunes es muy cálida y sobria a la vez.
Compuesto de 16 suites con vistas al bosque y arroyos cercanos, está cerca de lugares de interés turístico de la capital y de las tiendas, sin dejar de ser un refugio tranquilo lejos del principal centro comercial del Reino.
A mí me encantó visitar la biblioteca, en donde en las tardes nos podemos relajar con una bebida caliente o una copa de vino, ya que cuenta con una colección de literatura sobre la cultura de Bhutan y el arte.
Se puede comer delicioso en el elegante comedor o en la terraza adyacente, los cuales sirven cocina butanesa e internacional.

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