Vinos como los de Nueva Zelanda
Despiertan la agudeza de los sentidos
El vino, como sustancia de la naturaleza, tiene que ser percibido por los sentidos. Una cata es simplemente un ejercicio de educación del gusto que estimula su consumo y potencia el disfrute.
Cuando se trata de degustar un vino basta con despertar los sentidos y prestar atención. Todos los sentidos entran en juego: el tacto, distinguiendo las sensaciones de temperatura, textura y astringencia, o las burbujas de un champán; el oído, atendiendo al canto del tapón al descorchar, o al caer del vino dentro de la copa. Pero los tres sentidos más importantes en el ejercicio de la cata son la vista, el olfato y el gusto.
EXPRESIONES DE TALENTO
Quiero compartir algunas de las emociones que viví en torno al vino en un reciente viaje a Nueva Zelandia. Los vinos Craggy Range, por ejemplo, son inspiradores. Detrás de su producción hay una filosofía que habla acerca del alma de los prados verdes y los tonos marrones del otoño. Son de gran elegancia y textura, y están en perfecto balance. Por ejemplo, como parte de la Prestige Collection destaca el Sophia, de color granate y notas a violetas, cedro, ciruelas y vainilla. Su carácter untuoso y su complejo bouquet lo hacen ideal para maridarse con platillos de carne vacuna.
Los vinos de la bodega Seresin en la lejana y hermosa Nueva Zelandia despliegan el encanto de la creatividad y de lo tradicional con sus vinos elaborados con las uvas Chardonnay, Riesling, Pinot Gris, Pinot Noir, Sauvignon Blanc y Semillón. El Reserve Sauvignon Blanc 2007 es ideal para compartir en una tarde con los amigos o en una de esas reuniones de las tardes veraniegas.
Los vinos Villa Maria en Aukland, han sido galardonados a lo largo de varios años debido a su despliegue de características no convencionales y exclusivas de aquel terruño. El Villa Maria Cellar Selection Riesling despliega para deleitarnos, notas cítricas con aromas de azahar que seducen al olfato. Ideal para maridarse con pescado.
Los vinos Montana, se caracterizan por ser muy demandados y por su interés en la sustentabilidad del planeta. Además de cuidar su medio ambiente, reflejan la armonía con el entorno. Por mencionar a una de sus joyas, de acidez balanceada y notas especiadas, The Montana Reserve Pinot Grigio refleja el carácter de los valles neoceolandeces.
Los vinos Peregrine, reconocidos con premios y menciones en el competido mundo del vino, conservan los toques de la tierra de Nueva Zelandia. El Peregrine Pinot Noir 2007, es de gran estructura, complejo y de gran disfrute.
Los vinos Goldwater son la expresión de la isla de Waiheke. Un ejemplo es el Goldwater Wairau Valle Sauvignon Blanc 2008, que es de delicado equilibrio con marcadas notas a frutas, lo que lo hace idóneo para saborearse solo, o bien, como compañía perfecta de mariscos o carnes blancas.
Los vinos Nautilus, poseen el firme propósito de llevar un momento de placer y estilo a la mesa, y debo decir que éstas botellas cumplen muy bien su cometido. El Nautilus Estate Chardonnay 2006, tiene presencia en más de treinta países y ha sido galardonado internacionalmente.
La bodega Mt. Difficulty produce, desde 1992, vinos Premium como el Mt Difficulty Pipeclay Terrace Pinot Noir 2007, que se elabora sólo en un número limitado de botellas. Presenta notas a mora y regaliz, con un largo final a frutas y taninos finos.
Finalmente, hablando de vinos maravillosos, no puedo dejar de mencionar al Lawson’s Dry Hills Riesling 2006, con sus aromas a limón y su complejo final. La acidez natural que lo caracteriza se obtiene gracias al clima de la región.
PARA RECORDAR
- Las bebidas blancas encienden pasiones.
- Las burbujeantes imprimen sonrisas de satisfacción.
- Las hierbas contagian el buen humor.
- Las dulces hacen brillar los ojos y los labios.
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