viernes, 9 de agosto de 2013

Milán: elegancia total

Desde los años 50, Milán es conocida como la capital de la moda de Italia. Lo que hay que ver en en esta ciudad tan fashion se refleja en las dos principales actividades al año, cuando representantes de tiendas y de medios internacionales llegan a la capital lombarda para asistir a lo desfiles de Armani, Versace, Dolce & Gabbana y otros en la Vía Montenapoleone.


En el centro de Milán, en uno de los barrios más históricos de la ciudad y en un convento del siglo XV, está el hotel Four Seasons, que alberga  118 elegantes habitaciones de lujo, así como tres restaurantes de gran calidad, todo ello enmarcado por un patio claustral y con un gran paisaje del siglo 15. Las habitaciones combinan la arquitectura tradicional con el diseño italiano y con modernas habitaciones.

El hotel ha sabido sacar el máximo partido de la austeridad, sobriedad y sencillez de este tipo de edificaciones, para dar vida a un magnífico hotel de cinco estrellas donde un lujo contemporáneo y un ambiente acogedor y silencioso conforman una estética caracterizada por imponentes galerías de arcos construidos con ladrillos, y una iluminación donde impera la técnica del claroscuro.

Con vistas al jardín interior Il Patio, Il Teatro está abierto para la cena y brunch dominical. Después de cenar, el teatro también está disponible. La Veranda, dirigida por el famoso chef Sergio Mei, muestra la cocina mediterránea y local. Aquí se puede disfrutar del desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Su salón Il Foyer cuenta con música de piano, una chimenea, y una colección de bocetos que Filippo Peroni hizo para el Teatro alla Scala.

Las habitaciones combinan la decoración del siglo décimo quinto con detalles arquitectónicos originales contemporáneos chic.Patricia Urquiola, diseñadora española afincada en Italia se ha encargado de que estas instalaciones cunenten con un suntuoso Spa de 800 metros cuadrados.
Este lugar de relajación situado en plena urbe cuenta con siete cabinas para tratamientos, cuatro salones de masajes, un salón para la manicure y pedicure, y una wetroom. Para aquellas personas o parejas a quienes no les guste compartir la intimidad de las termas, el hotel les ofrece un pequeño balneario privado en forma de suite doble.

Por medio de una decoración sencilla y natural, concebida para realzar lo mejor de los materiales con los que ha sido construido, Urquiola ha sabido crear un auténtico oasis de paz en uno de los barrios más animados de la capital de la moda italiana.


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