jueves, 29 de abril de 2010

Saffron

La gastronomía y el amor, se parecen mucho.
Llevo varios años detrás de la cultura gastronomica y aún no me he encontrado a nadie en este mundo plagado de aromas y sabores que no esté embelesado con lo que hace.

¿Imán? ¿Embrujo? No lo sé… tal vez un poco de cada cosa y mucha profesionalidad.

Viven el nacimiento de sus espacios culinarios como si fuera un embarazo; festejan los nuevos platillos como si fueran un bautizo; incuban sus vinos como si fueran sus niños y los inauguran orgullosos como si fueras sus hijos.

No voy a innovar si les digo que entre la comida y la vida, entre la comida y el amor hay muchos paralelismos. Viajan juntos, se cruzan, se enredan, se sienten.

Detrás de los restaurantes hay historias, hay sueños y mucha pasión.

Conociendo a las almas detrás de cada espacio gastronomico uno no puede menos que enamorarse de ellos, primero por su compromiso y luego por los excelentes productos que ponen en las mesas.

La gastronomía y el amor… como decíamos, se parecen mucho.

Mientras escribo estas líneas, el azul del mar frente a mí se confunde con el cielo y el sonido de las olas contra los arrecifes, son el acompañamiento perfecto de la música que surge de mi pequeño Ipod.

Estoy en el Hotel Banyan Tree Cabo Marqués, en Acapulco y todavía saboreo aquellas delicias que probé anoche a Saffron, el restaurante insignia del hotel, el cual ofrece comida tailandesa contemporánea. El esplendoroso lugar se sitúa sobre un acantilado que acaricia el océano Pacífico y ofrece platillos elaborados mediante las técnicas de la cocina tailandesa tradicional con un enfoque moderno.

Entre los platillos fuertes es difícil la selección porque todo suena delicioso, como ejemplo, el Geang Phed Ped Yang, un magret de pato, curry rojo, berenjena aurbergine, lichi, albahaca dulce y uvas; el Goong Gratiem Prik Thai, camarones crujientes, salsa de ajo y pimienta negra y espárragos verdes; el Geang Phed Puk, curry rojo, berenjena aubergine a la parrilla, selección de vegetales, lichi, albahaca fresca, uvas; o el Pla Sea Bass Nueng Manao, un robalo chileno al vapor, salsa de chile y limón.

Mis platillos favoritos fueron el Thondmun Khaopod ( tortitas de maíz) el Thodmun gong and pla ( tortillas de camaron) que nos sirivio el chef Mirote y me encanto el Phad Thai que nos ofreció el gerente del lugar, Jamorn Khaipra Pai, además del exquisito postre Gluay Thod (plátano frito con helado de miel)

Con la joven y encantadora directora de alimentos y bebidas del hotel, Johanna Nieto, con el chef ejecutivo Rafael Casas , el chef ejecutivo y con el gerente general David Cayuela, desayune en el Nao a la sombra de las palmeras en este refugio tranquilo frente al extenso océano pacifico en un exótico viaje por los sabores auténticos de Asia hasta América.

Banyan Tree Cabo Marqués ofrece calidez y hospitalidad única que se mezcla perfectamente con el paisaje del dramático acantilado con su intimo y elegante arquitectura.

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