jueves, 25 de noviembre de 2010

Terrazas de los Andes, vinos de altura

Terrazas de los Andes fue creada con la premisa de elaborar vinos de altísima calidad y destacada tipicidad varietal, que fueran capaces de convertirse en íconos de los vinos de Argentina en el mundo.

Luego de varios años de estudio, y a través de la elaboración de uvas provenientes de las mejores zonas de Mendoza, se identificaron cuáles eran las variedades que mejor se adaptaban a cada una de esas zonas; a partir de allí pudieron constatar la altura ideal para cultivar cada variedad.

La altura juega un papel fundamental ya que ejerce el control de la temperatura entre el día y la noche, y favorece la acumulación de ciertos componentes aromáticos y gustativos, particularmente los polifenoles que son los responsables del color, el cuerpo y la estructura de los vinos.

Estrella con gran nacimiento

A fines de la década de los 50, Moët & Chandon, empresa del grupo LVMH, envío a Latinoamérica a su director de enología, Renaud Poirier, a investigar el potencial de la región para la elaboración de vinos de calidad internacional. Luego de recorrer la zona, Poirier visitó Luján de Cuyo, en la provincia de Mendoza. Muy impresionado por las condiciones de la región y por la presencia de excelentes viñedos de altura, Poirier y Moët & Chandon decidieron establecer sus primeros viñedos fuera de Francia.

Luego de varias décadas de experiencia en la producción de vinos espumantes, en 1999 Moët Hennessy Wine Estates y Bodegas Chandon Argentina inauguraron la bodega Terrazas de los Andes, una iniciativa cuyo fin era la elaboración de vinos varietales, pensados y creados desde sus emblemáticos viñedos de altura, nutridos por el deshielo de la Cordillera de los Andes en Mendoza.

A finales de los años 90, las condiciones especiales de cultivo y la calidad de los vinos resultantes, atrajo al prestigioso Chateau Cheval Blanc, para dar nacimiento a Cheval des Andes. La expresión de estas variedades tradicionales de la zona de Bordeaux, en suelo argentino, sumado al “savoir faire francés” de la combinación de variedades, dan como nacimiento a este blend equilibrado y elegante de Cabernet Sauvignon, Malbec y Petit Verdot con un importante potencial de añejamiento como vino de colección.

La altura, fundamental

Terrazas de los Andes aprovecha sus más de 45 años de experiencia en viñedos de altura para determinar la altura ideal de cada variedad.

La elevación gradual de las terrazas desde la ciudad de Mendoza en dirección oeste hasta la Cordillera de los Andes, crea una amplia gama de microclimas, ya que la temperatura disminuye 0.8°C por cada 100 metros que se asciende. Al utilizar la altura como herramienta, sus enólogos pueden cultivar cada varietal en un clima particular. De esta manera, se obtienen uvas maduras, con un equilibrio óptimo entre azúcares y ácidos, una máxima expresión aromática y taninos aterciopelados.

Vinos:

Afincado (Malbec, Cabernet Sauvignon y Petit Manseng)

Terrazas de los Andes Reserva (Chardonnay, Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Torrontés y Merlot)

Terrazas de los Andes (Chardonnay, Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot)

Altos y ¿buenos?

¿Qué efectos tiene la altitud sobre la viña y sobre los vinos que con ella se elaboran en estas condiciones extremas? El principal beneficio de la altura es su efecto “refrescante” que ayuda a incrementar los índices de acidez y que se consigue gracias a las caídas térmicas nocturnas. En los viñedos de Colomé, Argentina, se han llegado a registrar diferencias de hasta 35º C entre el día y la noche, aunque la media gira en torno a los 20º C. En estas condiciones la maduración se da mucho más lenta y progresiva. Este detalle es el que le otorga luego al vino más aromas y sabores en el fruto, son vinos que tienen “mucho de todo”: color, acidez, alcohol, aromas, sabor...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Beber & placer

“Un sommelier es un vendedor de placer”, me dijo un amigo hace unos días en una comida. Y tiene razón: mesa por mesa, ofrece uno de los elixires más potentes y hedonistas que se pueden disfrutar en público como es el vino.

El vino es placer y el placer se presenta íntimamente asociado a nuestra naturaleza. El propio Aristóteles afirmaba que el hombre está hecho de tal manera que lo agradable le parece bueno, y lo penoso le parece malo.

Placer en griego se dice ‘hedoné’ y de ahí viene la palabra hedonista.. buscador de placer.
Beber vino es un placer y como en todos los placeres, cuando uno más sabe, más goza.
Incluso quien haya tenido acceso, aunque sea de manera iniciática a la cultura del vino puede establecer claramente la diferencia entre la degustación y la mera ingestión de este combustible líquido.

Quien aprende a disfrutar del vino y sus matices aprende también a establecer los límites de ese placer y las circunstancias que lo propician.

El saber beber es una forma de educación que algunos logran elevar hasta el refinamiento para su mayor goce y disfrute.

Y también como todo placer…si quiere saber de vinos el primer paso es perderle el miedo.‘Gozar del vino’ no es complicado, ni exclusivo, ni para iluminados.

Todos pueden convertirse en ‘amantes del vino’ y no sentir que están cometiendo infidelidad.
La mejor forma de aprender sobre los vinos no es tanto "educarse" sino desarrollar el sentido del disfrute por el vino. ¿Un par de tips?

Encuentre una buena tienda de vinos. ¿Cómo sabré que una tienda es buena? La que cuenta con empleados enamorados del vino. La que hace sus propios comentarios sobre los vinos, no la que pone las notas o comentarios que otros hacen sobre los vinos.

Pida al encargado de la misma que lo ayude a elegir una caja variada de 12 botellas de vino que encajen en su presupuesto.

Abra alguna de esas botellas cenando cualquier noche. Anote el nombre del vino, la cosecha, con qué comida lo está bebiendo y lo que le gusta (o no) de ese vino.

Cuando termine la caja vuelva a la tienda con tus notas y pidale al mismo empleado que le arme otra caja variada basandose en los vinos que le gustaron.

Mis recomendaciones de hoy:
Beronia: Fundada en el Año de 1973, pertenece al grupo González Byass desde 1982. Bodegas Beronia está ubicada en Ollauri, en Rioja Alta. El nombre de esta bodega enlaza con la historia de las tierras sobre las que se asienta. En el siglo III a.C. la zona conocida hoy como La Rioja, estaba habitada por los berones, pueblo guerrero celta, cuyos primeros poblados demarcaron los límites de la región riojana.

Beronia Rioja 100% Graciano, a la vista color granate oscuro con reflejos violetas, aromas complejos, floral, de chocolate, menta y especies. Suave en el paladar con notas de minerales. Un vino expresivo para descubrir nuevas sensaciones.

Beronia Rioja 100% Mazuelo, a la vista rojo picota granate con tonos ocres suaves. Cubierto, limpio y brillante, sensaciones florales junto con vainilla y compota de mora. Hay tonos balsámicos, cuero, especias y frutos secos con pasas. Su paladar es muy estructurado con sensaciones fuertes aglomeradas en un principio. Tabaco, vainilla, cueros, leñoso. Es un vino tánico, largo, con sensación ácida.

Oporto Burmester: Todo empezó en 1739, cuando Henry Burmester y John Nash fundaron en Londres la Burmester & Nash, dedicada al comercio de cereales. El nombre de familia es oriundo de la pequeña ciudad de Moelln, en el norte de Alemania, derivando el título “Burgomestre” que significa jefe de municipio. A finales del siglo XVIII, la sociedad es deshecha y Henry Burmester, hijo constituyó con sus dos hijos, Frederick y Edgard, una compañía de Vino de Oporto la H. Burmester & Sons.

El Burmester Ruby, envejece en barricas de roble y cubas inoxidables. De color rojo rubí, este vino presenta aromas frutales y jóvenes. En boca, es un vino suave, redondo y armonioso. Ideal para acompañar frutos, helados y quesos.

Emina D.O. Ribera del Duero: A la vista muy cubierto de capa, con un exuberante color rojo. En nariz es profundo y franco dominando aromas primarios de fruta roja madura, entre tenues lácteos y aromas terciarios de tostados, vainilla y regaliz. En boca es estructurado y redondo, con un buen esqueleto de taninos y una agradable sensación de fruta madura en perfecta armonía con una madera limpia y un largo final de boca.

Así, bebiendo y hablando sobre vino es como se aprende. Sí, ni más ni menos que como cualquier otro placer.
Recuerdo un cartel en un wine bar en Estados Unidos que resume sabiamente lo que es el placer de beber vinos: "Aquí no esperamos una ocasión especial para beber un vino especial. Beber el vino es la ocasión especial".

martes, 16 de noviembre de 2010

Descorchando botellas

Beber siempre es un placer, y beber un buen vino no tiene comparación.

El hedonismo, del griego hedone=placer, es la doctrina donde el bien es el placer y el mal es el dolor. El placer es la felicidad humana, y para mi el placer es el vino, consecuentemente, el vino es la felicidad.

Quien no conozca el vino no entenderá nunca lo que estoy diciendo. Pero si cuando alguien abre una botella, empieza a pensar en todo el trabajo que encierra la consecución de ese liquido fantástico, la sabiduría de su creador, el aporte del terruño, la calidad de la uva utilizada y el amor para su fructificación, disfrutará sin límites de una bebida extraordinaria.

Desde tiempos inmemorables ha sido un protagonista infaltable en las mesas y reuniones. De hecho el ritual del brindis es milenario y dicen que nació en la Grecia antigua.

Hoy sigue siendo un símbolo de festejo el mero acto de descorchar una botella y compartirlo con otras personas.

El vino encierra algo muy difícil de describir, pero desde el momento en el que se escoge en la tiendas ( o en la carta de vinos de un restaurante) hasta el momento de degustarlo es algo verdaderamente cautivante. Basta con observar como hasta los que no toman vino hacen silencio en el momento del descorche o cuando se lo prueba para ver si es este apto para consumo… como esperando el veredicto para continuar con lo que estaban haciendo.

Campo Viejo Gran Reserva:
Vino elaborado con las variedades Tempranillo, Graciano y Mazuelo. Un vino robusto y estructurado. Criado durante 2 años en barrica de roble americano, con trasiegas cada seis meses y tres años en botella.

Es un placer observar su color rojo violáceo diáfano, apreciar su aroma integrado a frutos secos con notas francas de avellana, y disfrutar su equilibrado sabor de estructura tánica, elegante, sutil y muy persistente.

Ideal para apreciarse solo. Si se decide acompañarlo, procurar sabores simples y ligeramente especiados con albahaca, laurel y romero.

Dinastía Vivanco Reserva 2001:
Tinto D.O. Rioja: Tempranillo 90% y Garnacha 10%, tras una breve maceración en frío, fermenta y macera en contacto con los hollejos a temperatura controlada máxima de 30° C, mediante suaves remontados, durante alrededor de 20 días. Permanece durante 24 meses en barricas nuevas de roble francés y americano, con trasiegas periódicas cada 6 meses, y más de dos años de afinamiento entre cono de roble francés y botellero. A la vista color cereza profundo con tonos granates, limpio y brillante. Complejos aromas a fruta confitada bien ensamblada con maderas finas y especias. Elegante paso en boca destacando la armonía entre sus taninos nobles, buena acidez y fondo balsámico. Resulta un vino elegante, complejo y persistente.

MARTÚE 2007:
Variedades de uva 38% Tempranillo, 29% Cabernet Sauvignon, 28% Merlot y 5% Syrah, procedentes de las Fincas Campo Martuela y El Casar de la Guardia.

Vinificación; Fermentando cada variedad por separado y posterior ensamblaje. Permanecido durante 7 meses en barricas de roble francés 70% francés y 30% americano.

Nota de cata: Bonito color rojo cereza y aún con ligeros ribetes azulados, de capa media. En nariz está ya muy bien definido, con perfecta armonía entre sus gamas, por un lado de fruta roja madura, goloso, y por otro lado de madera bien secada de mucha calidad. En boca es un vino serio, pero no pesado, sabroso y complejo, pero sin cansar. Recuerdos de fruta y compota, anisados, cedro y unos taninos maduros aguantan el vino, dando una sensación casi terrosa a su paso, que no molesta y llena de sabor.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Saboreando estrellas

En el siglo 17, con Luis XIV en el trono de Francia y en lo alto de la montaña de Reims (en Champagne), una congregación de monjes Benedictinos cumplían sus piadosos deberes, sin prescindir del vino seco de su región para las comidas.

Al monje Pierre Pérignon le tocaba la tarea de la clasificación de vinos en el sótano de la abadía y por error en la clasificación de los toneles mezcló vinos de distintos tiempos de añejamiento. El resultado del error fue ésta burbujeante bebida tan relacionada a los brindis, a los festejos y a la buena mesa.

Champagne queda a 150 kilómetros de París y cerca, muy cerca de los buenos recuerdos de la mayoría de nosotros.

Nada mejor que embriagarse con las burbujas de la felicidad y cuando éstas vienen de una de las mejores bebidas del mundo, el placer es casi indescriptible.

El champagne tiene esa característica, de alegrar el espíritu y deleitar cada célula de nuestro cuerpo y entre las mejores bebidas de este tipo se encuentra la mundialmente conocida Dom Pérignon.

Esta delicia tiene algo que el poeta T. S. Eliot hubiera definido como "lo contemporáneo del pasado'. Posee además ese 'je ne sais quoi' (no sé qué) que otras bebidas no tienen. Es como una expresión alusiva de Eros, que hace que la gente se enamore del champagne y a veces de quien con ellos cumple este ritual.

Dom Pérignon es alegría pura, mucha euforia y buena vibra, un momento privilegiado semejante al que se vive en la plena juventud.

¿De dónde viene?
Dom Pérignon es una marca de champagne producida por Moët et Chandon. Recibió el nombre de Dom Pérignon en honor a Pierre Pérignon, un monje benedictino, quien supuestamente fue el descubridor de la forma de creación de los vinos espumosos.

Hasta que Pérignon apareció, el vino era nombrado según su lugar de origen: "vino de Champagne", "vino de la montaña", "vino del río", "vino de Sillery", y así de dónde 'naciera' este elixir.

El vino de Hautvillers (región francesa de Champagne-Ardenne ) también gustaba mucho, sin embargo, la gente quería saber quién lo hacía. Así que a partir de ahí también se habló del "vino de Pérignon" o del vino del “Padre Pérignon". Y fue así que el vino Dom Pérignon nació.

En ese momento nadie lo notó, pero fue una gran revolución. Sin ninguna intención determinada, el monje le dio el nombre a la bebida que había creado y quizá no se imaginó el impacto que tendría a partir de ese momento hasta nuestros días.

Y por vez primera -al menos la primera vez con una consecuencia tan duradera- el creador de este vino perdió el anonimato y su talento fue altamente celebrado.

El mejor vino del mundo
"Señor, le he dado 26 botellas del mejor vino del mundo", escribió Dom Pérignon el 29 de septiembre de 1694 a un cliente de Epernay, quien había ordenado vino de Abbey de Hautvillers.

Haber dicho "el mejor vino del mundo" fue una declaración un tanto atrevida, pero ubicó la ambición y el perfeccionismo que Dom Pérignon siempre había demostrado. Su éxito fue coronado por la gloria. Esa fue siempre su ambición... y lo sigue siendo.

La visión de Dom Pérignon nunca fue mejor expresada como lo fue en 1694, cuando la cava del Padre Pérignon en Abbey de Hautvillers, en Champagne, comenzó su ambicioso objetivo: la creación del mejor vino del mundo.

Richard Geoffroy y su Manifesto
Muchos años después, en 2009, su lejano sucesor, Richard Geoffroy, jefe de la cava de Dom Pérignon, escribió el Manifesto. Éste está compuesto por 10 concisos y artículos cuidadosamente formulados, y es la más grande expresión contemporánea de lo que Dom Pérignon ha sido y es hoy: la búsqueda de un ideal simple pero sólido, el 'assemblage' perfecto, la creación del estilo de Dom Pérignon y terminar con un largo envejecimiento, un conjunto que hace a Dom Pérignon una bebida llamativa e intrigante.

En la mesa de los grandes
Dom Pérignon es una bebida como ninguna. Desde el principio siempre fue la elegida para celebrar en las más prestigiosas fiestas.

El vino del Padre Pérignon ya era consumido en Versailles en la época de Luis XIV.
En 1961, la cosecha de 1949 estuvo en el menú de la cena que se ofreció en la embajada de Estados Unidos de París para Charles de Gaulle y John F. Kennedy durante una visita oficial del presidente estadounidense a la capital francesa.

En 1981 fue la elegida para la boda del príncipe Carlos con Lady Diana. La cosecha de 1961 fue servida ese recordado 29 de julio con una insignia especial para la ceremonia.

Tampoco hay que olvidar las suntuosas festividades celebradas en Persépolis en 1971 para celebrar el 2,500 aniversario de la fundación del Imperio de Persia a cargo de Ciro el Grande.

Dom Pérignon Rosé cosecha 1959 fue servida por primera vez para un grupo de destacados invitados de todo el mundo para un espectacular evento. Debido a la escasez y calidad, esta cosecha nunca estuvo disponible en el mercado, sino solamente en la legendaria subasta que se llevó a cabo en Nueva York en 2008, en donde dos botellas fueron vendidas por 84,700 dólares.

Alrededor de 5 millones de botellas se producen en cada cosecha. Este champagne es 55% Chardonnay y 45% Pinot Noir.

lunes, 8 de noviembre de 2010

China Grill, sofisticado y delicioso

Al igual que lo hace en New York, Las Vegas y Miami, la legendaria cocina de inspiración asiática del China Grill y su dramático diseño se ubican en el hotel Camino Real de la Ciudad de México.

Aquí se pueden disfrutar de alrededor de 40 platillos de influencia italiana, japonesa, francesa, china y estadounidense, y cada uno de ellos está preparado de una forma muy artística y deliciosa.

Por supuesto que no hay que perderse los clásicos de este restaurante, como el tempura sashimi con salsa picante de champagne o la res Szechuan a la parrilla elaborada con sake, soya, echalottes picantes y cilantro, sólo por mencionar algunos.

Y como al China Grill le gusta innovar y complacer a quienes disfrutan de su ambiente y de su menú, hace poco presentó nuevos platillos en su carta, entre los que se encuentran:

En las entradas:

* Pork belly picante: sobre una lámina de sandía con una salsa agridulce picante acompañada de una ensalada de aguacate.

* Tofu empanizado: cuadritos de tofu con costra de té limón y pepino encurtido y salsa kimchee. China Grill toma en cuenta a los vegetarianos, y por eso incorporó este platillo totalmente oriental, pero con un toque mexicano.

Ensaladas:

* Ensalada de res y jitomate: lechuguitas con germen de soya y jitomates cherry con una vinagreta de sambal, limón y miel sobre un wonton crujiente con un top de arrachera marinada en soya dulce.

Platos fuertes:

* Osobuco de cordero marroquí: acompañado de couscous imperial y glaseado de cerezas negras.

* Costillas de cerdo “char siu”: marinadas en salsa de soya dulce, hoisin y vino de ciruela, braseadas en una salsa de miso, azúcar morena y yuzu, acompañadas de una salsa de jícama, chicoria, nuez de la India, tocino con una mayonesa spicy y crujientes de manzana.

* Cocktail de camarón tailandés: camarón U-12 acompañado de una ensalada de papaya verde, mango, jícama, jitomate y bulbo de hinojo con una vinagreta de pescado, salsa cocktail y un alioli de wasabe con miel y yuzu.

* Vegetales con miso a la parrilla y pasta udon: con salsa de hoisin picante y salsa de hongos (también especialmente pensado para los vegetarianos).

Guarniciones:

* Arroz frito con ensalada de aguacate.

En cocteles moleculares también hay novedades:

* Bubble mango: frozen de mango con vodka, anillo de chamoy y espuma de coco con vodka.

* Sex in the City: Esferas de licor de fresa, vodka raz y champagne, escarchado con azúcar roja.

Los platillos que se degustan en China Grill son el resultado de una cuidadosa selección de los mejores ingredientes naturales, sazonados con especias únicas provenientes de Asia.

La propuesta de esta prestigiada firma de restaurantes es ofrecer platillos únicos con estándares de la alta cocina internacional, en donde se combinan frescos ingredientes de la más alta calidad, sazonados con la inspiración de la gastronomía asiática para agradar a los paladares más exigentes.

La ambientación del lugar es seductora; combina música, diversión, energía, cultura y una elegancia creativa. Además del salón principal con un estilo muy particular, el Moon Bar es una excelente opción para disfrutar un martini de lychee –o cualquier otro- acompañado del original menú de sushi.

Este magnífico restaurante reúne ingredientes de todo el mundo para crear su propia cocina mundial y para deleitanos.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Cano

El mes pasado, por primera vez en Acapulco se unieron tres puertos maravillosos a través de su gastronomía: Callao en Perú; Valparaíso en Chile y Acapulco en México.

Este festín se realizó del 15 al 17 de octubre cuando los chefs Enrique Araya, de Chile; Patricia Hernández, de Perú, y Jorge Pereiro de Acapulco, los tres de talla internacional, pusieron manos a la obra para preparar un menú de degustación de nueve tiempos con productos del mar netamente chilenos.

Existen diversas especies de peces y mariscos que convierten a Chile en uno de los países con mayor variedad de fauna marina en el mundo; entre los que podemos encontrar mariscos como el piure, picorocos, la almeja, la macha, el choro, el loco, la ostra, el ostión, el erizo de mar, la jibia, entre muchos otros. Su característica principal es la preparación de la comida típica llamada curanto, con maridaje perfecto con los vinos chilenos y peruanos.

En la foto estoy con Lila Deneken, Alejandra Ávalos y Lucy Guillén

Los principales organizadores de este festival, además de los chefs, están Iván Zika Gutiérrez, gerente general México, Centro y Cuba de Lan Airlines; Pedro Haces, gerente general y Javier Sevilla hotel Elcano, sede del evento; Leonardo Banda, director de ProChile México; Augusto Freyre Layzequilla, Ministro Cónsul General de Perú y Jaime Casafranca Aguilar, Ministro Consejero de la Embajada de Perú, quienes pusieron sus mejores esfuerzos para que éste resultara un éxito y una verdadera fiesta gastronómica de tres países que tienen mucho que ver por su localización, idioma y cultura.

Además de tener ocasión de degustar una gastronomía y bebidas de excelencia en un ambiente sofisticado, pero amable a la vez, los invitados especiales se deleitaron con las las voces inigualables de Alejandra Ávalos, Lila Deneken y Ana Cirré, quienes por primera vez en Acapulco presentaron su espectáculo “Como dos tragos de Tequila”.