Moscú, ciudad que fusiona su gran esplendor con sus antiguas construcciones, altos edificios estalinistas, iglesias, casas neoclásicas y su clásica arquitectura de ciudad vieja.
A la capital rusa llegué desde St. Petersburgo en el tren nocturno, recorrido que me recomendó el embajador de Rusia en México, Valery Morózov, con quien por cierto cené en el Café Pushkin.
En esta bella y misteriosa ciudad visité el Kremlin, la Plaza Roja con sus llamativas cúpulas de color, la Catedral de Santo Basilio -que parece pastel de cumpleaños, los huevos Fabergé, joyas creadas por Peter Carl Fabergé y sus artesanos de la empresa Fabergé para los zares de Rusia.
Uno de los restaurantes donde comí fue el magnífico restaurante Casa Baccarat, ubicado en un impactante palacete a unos pasos de la Plaza Roja. El lugar está decorado en cristales, desde lámparas, candelabros, adornos y vajilla, entre otras cosas.
En este cristalino lugar degusté el vodka Russian Standard, que también probé en St. Petersburgo y que no pude dejar de repetir aquí. Esta bebida es elaborada solamente con los ingredientes más selectos bajo la fórmula para el vodka creada en 1894 por el célebre científico ruso Dmitri Mendeleev para los zares de Rusia.
Y así que para no quedarme con las ganas y para que nadie me contara, probé las diferentes gamas que ofrece esta exclusiva casa de vodka:
Original. Con tres destilaciones procesadas a través de filtros de carbón. Es una combinación del tradicional sabor a trigo (trigo invernal de las estepas rusas) y una remarcable claridad (proveniente de las suaves y glaciares aguas del gélido norte), con lo que es perfecto para tomarlo solo o como la mejor combinación que nos dicte el espíritu al momento de servirlo. Es un un símbolo icónico de la vida moderna de Rusia y del dinamismo.
Este vodka es reconocido en su país de origen como punto de referencia para la excelencia, y debe su nombre y calidad a la fórmula clásica de Dmitri Mendeleev, encargado por el zar Alejandro III para un óptimo equilibrio y pureza. Su botella está inspirada en Ivan the Great Bell Tower, ubicada en el corazón de Moscú, y evoca el pasado imperialista de Rusia y el vital rol que juega el vodka en dicho país en sus más elegantes tradiciones. Platinum. Este vodka lleva la receta de Mendeleev para los zares un paso más adelante, combinando lo más puro de sus ingredientes con el arte de filtración en plata (cinco destilaciones) para producir un vodka ultra nítido y de espíritu verdaderamente suave. Uniendo la pasión por la perfección con una energía y confianza, Platinum se ha convertido en el favorito entre la generación de exitosos profesionales urbanos.
Este vodka posee una energía sin igual y gran claridad. Gold. Suave, delicioso, con sabor a vainilla, almendras y miel. Su sabor puro se debe a las aguas glaciares de las que proviene, además posee una dulzura que lo hace delicioso y delicado. Se puede tomar en las rocas o combinado.- Imperia. Destilado ocho veces con filtros de cuarzo y utilizando las más puras y suaves aguas del norte. Inmaculado, con suavidad aterciopelada, complejo e inspirador. Este vodka realmente tiene una altura vertiginosa. La destilación final de años de experiencia y la ciencia del vodka unidas al ímpetu del Russian Standard hacen de este vodka definitivamente un lujo. Gracias a su irrefutable autenticidad, su absoluta claridad y su delicado sabor lo hacen un gran ejemplo de lo que Rusia ha hecho perfectamente durante siglos: producir el más fino de los vodkas del mundo.
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