jueves, 11 de marzo de 2010

Rioja

España está en el top five de los grandes productores y consumidores. Aliados de la gastronomía ibéricas, son muy pocos los españoles malos.

Beber siempre es un placer, y beber un buen vino no tiene comparación.
El hedonismo, del griego hedone=placer, es la doctrina donde el bien es el placer y el mal es el dolor. El placer es la felicidad humana, y para mi el placer es el vino, consecuentemente, el vino es la felicidad.

Quien no conozca el vino no entenderá nunca lo que estoy diciendo. Pero si cuando alguien abre una botella, empieza a pensar en todo el trabajo que encierra la consecución de ese líquido fantástico, la sabiduría de su creador, el aporte del terruño, la calidad de la uva utilizada y el amor para su fructificación, disfrutará sin limites de una bebida extraordinaria.

Desde tiempos inmemorables ha sido un protagonista infaltable en las mesas y reuniones. De hecho el ritual del brindis es milenario y dicen que nació en la Grecia antigua.
Hoy sigue siendo un símbolo de festejo el mero acto de descorchar una botella y compartirlo con otras personas.

La vitivinicultura española es la más antigua de Europa ya que se remonta a la época fenicia alrededor del año 1000 AC.

La fundación de Cádiz en la región Andaluza fue especialmente activa desde el punto de vista agrícola e industrial. Las primeras viñas ahí plantadas sirvieron para apagar la sed de los propietarios de las minas, pero también de los mineros. Esto se repitió en todos los lugares en que el hombre explotaba el subsuelo, desarrollándose fácilmente el negocio del vino.

La superficie cultivada es la de mayor extensión en Europa con un total de 1,600, 000 hectáreas que producen millones de hectolitros de diferentes vinos y destilados de uva para todos los gustos.

La fuerte expansión de España (América, fundamentalmente) llevaron las uvas a nuevos territorios, muchos de los cuales son hoy un ejemplo de la nueva enología como California, Chile y Argentina.

Una de las cosas que diferencian a los vinos españoles son sus “Denominaciones de Origen Controladas”, creadas en 1970 gracias al el Instituto de Denominaciones de Origen, que es el encargado de controlar todo lo concerniente al cultivo y vinificación en las zonas protegidas.

Tras este “mapeo”del país, quedó organizado en diferentes zonas que son una verdadera carta de presentación. Entre las zonas más reconocidas están: Región del Duero, Jerez, Cataluña y Rioja.

TIERRA PRÓDIGA

En las provincias de Logroño, Navarra y parte de Álava se encuentra la región de Rioja.
La extensión del viñedo es de más de 40,000 hectáreas, regado por el río Ebro.

Documentos que datan de principios del Siglo XII, dan fe de la antigua tradición vitivinícola de la región, que actualmente tiene una producción de un millón de hectolitros de vino. La geografía influye en los vinos de Rioja, que está dividida en tres zonas:

Rioja Alta, sus vinos tienen una graduación de 10.5° a 12° de alcohol, producidos en Haro, conocida como la Catedral de Vino, Cenicero, Ollauri y Fuenmayor.

Rioja Baja con graduación de 14° a 15°, con producción en Calahorra, Alfaro y Aldeanueva.

Rioja Alavesa que tienen de 13° a 14° de graduación alcohólica y se producen en Elciego, Laguardia y Labastida. Esta zona produce de los mejores vinos tintos y blancos de España y que bien elaborados se pueden equiparar con los de Burdeos. Entre las variedades de uva que se utilizan son: garnacha, tempranillo,malvasia, torrontés, mazuela, viura y graciano.

Las características organolépticas de los vinos de Rioja son de acuerdo con los expertos, en los tintos robustos, bien formados, aromáticos, en los de tipo ligero, de color brillante, un bouquet marcado y de baja graduación alcohólica, en los finos, color más intenso, de gran cuerpo, redondo apto para el añejamiento. Los blancos, pálidos a veces amarillos o verdosos son muy finos cuando se envejecen en toneles de roble, los hay secos, semisecos y dulces. Los rosados son livianos, alegres, secos o abocados de color deslumbrante.

Y, como una de las bases de los maridajes perfectos, todos los vinos españoles se casan de maravillas con productos españoles: jamones, tortillas de papas, paellas de mariscos, estofados y carnes de caza.

España, una potencia que ya no conquista con carabelas, sino con uvas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario