viernes, 26 de febrero de 2010

Viajar sin equipaje


Una expresión de refinamiento y estilo en la Ciudad de México
St. Regis, obra del arquitecto César Pelli y que consta de 32 pisos, goza de todos los servicios que un hombre de negocios podría desear al más alto nivel, desde una residencia propia hasta un helipuerto, además de un spa, boutiques, gimnasio, restaurante, bar y áreas de trabajo.

Un fin de semana decidimos viajar a este espacio paradisiaco sin necesidad de sufrir colas en emigración ni incomodidades en aduanas, sin cargar maletas ni llenar formularios, el viaje en coche duro 15 minutos y transcurrió sin sustos y ahí estaba El hotel St. Regis, mostrándose majestuosamente en el centro de la Ciudad de México, en la Torre Libertad, y nosotros listos para un respiro y descanso de la bulliciosa Ciudad de México en busca de relax total.

Nos recibió un mayordomo con una copa de champaña y se encargó de brindarnos una constante atención personalizada durante ese exquisito fin de semana.

Cada habitación es un ambiente de paz y comodidad, pero entre todas ellas se encuentra la Suite St. Regis, asentada en un espacio de 287 metros cuadrados elegantemente decorados, con dos dormitorios, baños de lujo, sala de estar, un comedor principal, una cómoda oficina con biblioteca y una cocina.

Está exquisitamente diseñada con una paleta de colores neutrales con detalles frescos en verde y púrpura intenso, que nos hicieron sentir como en casa, o hasta mejor.

Los pisos de madera adornados con alfombras artesanales en las áreas de estar nos invitaban a descorchar una botella de buen vino y descansar.

Además de la comodidad de sus habitaciones, para mí el punto clave es la cocina y por eso visitamos el restaurante Diana .

El famoso chef ejecutivo Jeff Peláez, ganador de estrellas Michelin y con una larga carrera en Asia y Europa, regresó a México para abrir este restaurante. En él combina hábilmente los sabores y sensibilidades del Mediterráneo con abundantes ingredientes locales de primera calidad.

Sus platillos exclusivos incluyen pato y terrina de pistache con jalea de cebolla, tournedos de guachinango con jamón serrano en salsa de vino tinto y un exquisito parfait de chocolate amargo aromatizado con lima.

Junto al lobby del hotel en el tercer piso, este restaurante de techos altos y diseño completamente contemporáneo está inundado de luz natural. Cálidos tonos naranja, rojo y marrón encienden los techos blancos adornados con flores talladas a mano y un increíble mural floral de cuero. Ahí nos relajamos en cómodas sillas de madera y cuero, rodeados de intrincados paneles hechos a mano que separan las mesas y crean un sutil entorno de privacidad.

Además de una espléndida vista al Paseo de la Reforma y a la Fuente de la Diana Cazadora, el restaurante cuenta con una romántica terraza al aire libre y es en esa terraza que Rui Reis el gerente general del hotel decidió armar un Lounge divino, con mullidos cojines blancos y cómodos sofás.

En un espacio vecino al restaurante Diana se ubica el bar King Cole, el cual ya es reconocido por crear su propio y exclusivo Bloody Mary, el coctel se llama “Sangrita María”, que es una tentadora combinación de mezcal Zignum sangrita y un estimulante concentrado de chile pasilla.
Por si fuera poco tanta comodidad y delicia, el St. Regis alberga el Remède Spa, donde me deje consentir y gocé un maravilloso masaje aromático.

Los terapeutas personalizan cada facial y cada masaje para asegurar que cada quien reciba el tratamiento más apropiado para satisfacer sus necesidades individuales.

Los vestidores de lujo cuentan con salas de vapor y saunas separados para hombres y mujeres y dos piscinas de hidromasajes con vistas a la ciudad, además del refrescante Juice and Tea Bar.

jueves, 18 de febrero de 2010

Wines of Chile

Las bodegas chilenas se integran en una asociación que refuerza su presencia en el mundo

Chile es uno de los principales productores de de vino en el mundo y sus productos son conocidos internacionalmente por su calidad.

Los vinos chilenos han recorrido un largo camino en sus 460 años de historia. Las bodegas han incorporado las últimas tecnologías, y la exploración de zonas, tanto nuevas como tradicionales, ha permitido que los viticultores consigan armonizar de manera óptima cada una de las variedades con su entorno más adecuado.

Actualmente hay parras plantadas desde el valle del Elqui, por el norte, hasta el valle del Malleco, por el sur, y se están realizando interesantes experimentos en sectores incluso más australes. Los viñedos trepan por las laderas de Los Andes y se acercan cada vez más al mar, produciendo de esta manera una amplia diversidad de vinos únicos, de gran calidad, que hablan de sus orígenes como pocos pueden hacerlo en el mundo.

A pesar de una herencia enológica de casi 500 años, la industria vitivinícola chilena se muestra joven y lozana, y está evolucionando con audacia para satisfacer las necesidades de los exigentes mercados mundiales.

Y para conocer mejor el mundo de los vinos existen especialistas en la materia que informan todo lo que se quiera saber sobre esta prolífera tierra y sus vinos.

En mi reciente visita a Chile, en el marco del congreso organizado por la asociación gastronómica Chilena, platiqué con Juan Somavia, director de la asociación Wines of Chile y me dijo que ésta es una organización comprometida con la promoción de la calidad y la imagen de los vinos chilenos en todo el mundo. Su misión es fortalecer y promover la imagen de Chile en el mercado internacional e incrementar las ventas de los mejores vinos en el exterior.

Tiene oficinas en Santiago, Londres y Nueva York, y representantes en Canadá, Irlanda y Dinamarca. Trabaja también de manera muy cercana con ProChile con el fin de desarrollar y ofrecer programas promocionales y educativos en Asia, América Latina y Europa.
Las 72 bodegas que pertenecen a Wines of Chile también forman parte de Vinos de Chile, y representan 85% de las exportaciones de vino chileno embotellado.

Pertenecer a Wines of Chile tiene sus ventajas, ya que sus miembros pueden participar en las actividades promocionales y de marketing alrededor del mundo y tienen acceso a las oportunidades y contactos en las oficinas internacionales de Wines of Chile. Además, reciben acceso privilegiado a las estadísticas y a los reportes del mercado inteligente en los mercados emergentes y actuales alrededor del mundo.

Y claro que hay mucho que mostrar de Chile al exterior, la especial conjunción de un clima mediterráneo templado con las particulares características geográficas del país, hacen de este país un lugar ideal para desarrollar una viticultura amigable con el medio ambiente, que permite obtener una amplia variedad de estilos de vino. La viticultura sustentable se ha convertido en una elección lógica, y las viñas orgánicas y biodinámicas están en alza. De hecho, algunos de los más grandes viñedos orgánicos del mundo están justamente en Chile.

Aquí la naturaleza provee todo lo que las parras necesitan para producir la fruta más fina, y para que ellas den origen a los vinos que piden los consumidores de hoy, enfocados en la ecología y conscientes de una buena relación precio-calidad.

Los mejores viñedos de Chile se concentran en seis valles en el centro del país: Valle de Casablanca, Valle del Maipo, Valle del Maule, Valle de Curicó, Valle del Rapel y Valle de Colchagua. Principalmente se cultivan variedades de uvas francesas, refinando los ensambles y las técnicas de maduración.

Los vinos chilenos están disponibles hoy en más de 90 países de los cinco continentes, y las ventas siguen creciendo en medio de los actuales tiempos de estrechez económica.

jueves, 11 de febrero de 2010

Chile y sus sabores

El país sudamericano luce por su estupenda propuesta gastronómica, con productos del terruño con los que se desarrollan platillos en los que confluyen tradición y vanguardia


Volví de Chile hace unos días y todavía están palpables en mi paladar los sabores de su comida, aquí les platico de algunos de sus espléndidos restaurantes:

Mestizo
Santiago, 2 de Febrero, 2010

Ubicado en el sector norte del Parque Bicentenario de Vitacura, frente a la laguna artificial, a finales de 2007 se inauguró Mestizo, un lugar vanguardista gracias a su gastronomía, su concepto arquitectónico y el entorno natural que ofrece.
Es una experiencia a la vista, al paladar y a las sensaciones de una buena mesa. La carta es una apuesta única en la cual se han desarrollado platos novedosos donde se mezclan platos típicos chilenos con influencia de cocina latinoamericana y española.

Mientras se disfruta de su linda decoración de maderas nobles, cuero y granito se puede gozar de sus ricos platillos. Los comensales que se ubican en la terraza verdaderamente lo pasan bien. Raro es hablar de los baños de los lugares, pero no se pueden pasar por alto los del Mestizo, que realmente llaman la atención por lo bonitos que son.

El mestizo es un edificio moderno y a la vez vintage de vanguardia pero que rescata sabores del pasado. El restaurante lo lleva Cristián Correa, quien fue chef del Agua -ahora a cargo del notable Richard Knobloch, y que desea rescatar las raíces de su cocina.

Sus platos destacados con el carpaccio de loco (tipo mejillones) y aguacate, ravioles de plateada (platillo típico chileno a base de carne) y chupe de jaiba.
También recomiendo el pulpo grillado, el mero en costra de jamón serrano y el pernil crocante. Todos perfectamente preparados y con un sabor para recordar.

Para terminar y acompañar el rico café, la degustación de postres tradicionales es muy buena opción. Otras de sus especialidades son las sopaipillas (masa de harina de trigo frita) pasadas con helado de canela y pastel de tres leches.

La carta de vinos tiene muy buenas sugerencias, pero aproveche el despliegue de botellas chilenas que le ofrece.

También puede disfrutar de sus cocteles, como el Violeta y Víctor (absolut pears, jugo de toronja y jugo de limón), Sangre mestiza (bacardi apple, licor de canela y jugo de limón), Emiliano (absolut kurant, crema de cassis, arándanos y limón de pica). Uno de los cocteles más originales es Puerto Principal, que fusiona absolut vodka, jugo de limón, caldo de mariscos y aliños.

Sin duda en Mestizo la pasará muy bien, tanto en ambiente como en el gusto y calidad de sus platillos, seguro es un lugar al que siempre volverá.

Restaurante Caruso
Valparaiso, Febrero 3 a las 20:00 hrs.

En el puerto de Valparaíso se pueden disfrutar de varios restaurantes que ofrecen gastronomía chilena, claro, aprovechando los productos que el mar les ofrece.

Uno de ellos es el Caruso, ubicado en la calle de Cumming. En él se respira un clima de comodidad, sencillez pero es a la vez es un lugar cálido, casero y ofrece platillos muy ricos.
Posee un sello peculiar otorgado por sus pioneros, los miles de inmigrantes llegados a sus cerros que aportaron distintas pinceladas de sabor a sus mesas. Con el tiempo, esa suma de experiencias, ingredientes y sazones consolidaron un recetario de identidad propia.

El objetivo de Caruso es posicionar la gastronomía chilena y sus especialidades entre las más prestigiadas de este lado del mundo.

La apuesta de este restaurante es ofrecer los sabores de siempre bajo una puesta diferente en escena distinta, tanto en servicio como en propuesta culinaria.

Tomás Olivera Leiva es el chef que encabeza el restaurante. Él es chileno y goza de alrededor de 16 años de experiencia en las áreas de banquetes, restaurantes, catering y cocina industrial, entre otras. Donde adquirió la experiencia necesaria para dirigir las cocinas fue en The RC, en Santiago.

Esto le ha permitido desarrollar diferentes propuestas gastronómicas, siendo una de sus principales fortalezas, el rescate de sabores, preparaciones y productos chilenos.
Olivera se desempeña además como chef asesor de LAN para su clase ejecutiva.

El menú de Caruso es muy completo, ofrece opciones para compartir, entradas, platos fuertes y postres, además de bebidas variadas.

Si para comenzar queremos compartir podemos hacerlo con unas calugas de pescado o unas típicas empanadas de queso, de mariscos o de carne.

Como entradas, un causeo de mariscos o una cazuela de cerdo con chuchoca (está hecho a base de maíz).

Y ya listos para el plato fuerte prepárese para darle la bienvenida a un pescado a la “lata” con puré, unas calugas de pescado y ensalada chilena o un jugoso lomo a la parrilla con “papas cholas”.

De postre, endulce el final de la comida con una leche asada, unas papayas rellenas, unas peras en almíbar o un colegial (pudín de pan).

También tiene una carta de vinos en la que encontrará le mejor botella para acompañar sus platillos, así como espumosos.

Restaurante La Marmita
Patagonia, Punta Arenas, Febrero 4 a las 20:00 hrs.

Ubicado frente a la Plaza Sampaio, este restaurante ofrece una cocina que llaman “mestiza de autor”, destacando sus opciones vegetarianas, muy poco frecuentes en Punta Arenas, sin dejar de lado el sabor que ofrecen los productos de la zona y en especial preparaciones que incluyen también variedades de carnes y mariscos.

Después de una larga búsqueda de identidad se cayó en cuenta que la cocina chilena es una gran mezcla de culturas, influenciada fuertemente por inmigrantes a través del tiempo, que unidos por las raíces y costumbres autóctonas dan origen a la cocina chilena. En La Marmita intentan rescatar sin prejuicios sus guisos más criollos, aquellos que se han perdido a través del tiempo, sabores que evocan recuerdos y emociones.

Aquí se elabora cocina saludable utilizando productos orgánicos de mar y tierra, con un fuerte énfasis en la elaboración de platos regionales y de recetas históricas.
Su decoración es de colores alegres y mezcla detalles que entregan una calidez que agrada desde el momento en que cruza su puerta y que se refleja en una cálida atención entre un público muy cosmopolita, y es una visita obligada para los visitantes.

Las mesas son poquitas así que es recomendable reservar. La atención de su dueño es muy dedicada y atenta.
La carta no es muy extensa, pero permite dar un recorrido por la cocina regional, todo es fantástico.

La variedad de productos nobles y frescos son la inspiración de la carta de nuestro restaurante, donde encontrará también una cocina moderna y siempre variada con materias primas regionales tradicionales y exóticas de temporada, en preparaciones autóctonas y de autor. Privilegiando las preparaciones sanas bajas en grasas saturadas.

El restaurante tiene una carta cíclica semestral, en donde aprovechan los productos de cada estación.

Entre los platos más destacados puedo sugerir:
Cancato de congrio, envuelto el papel alusa foil, relleno con tomate, zapallo italiano y alcaparras, vino blanco y jugo de limón. Chuletas de cerdo a la alsaciana, acompañadas con papas a la mostaza aderezadas con cerveza, guarnición de chucrut con tocino y una butifarra. Lasaña de ostiones, en vez de masa lleva tomates y zapallos italianos grillados y el relleno es de ostiones con queso y salsa blanca. Pulmai (curanto en olla), preparación de autor. Este curanto servido en una olla de bambú tiene pollo, almejas, choritos, longaniza, papas, chapaleles y, por supuesto, un delicioso caldo. Filete de vacuno, papas con semilla de cilantro y ratatouille.

Los vegetarianos o quienes no tengan antojo de carne en ese momento están la rema de zapallo (calabaza) aromatizada con jugo de naranja y jengibre, y los dolmades al vapor, que son hojas de acelgas rellenas con arroz integral, pasas y Fideos cabellos de ángel, acompañadas con champiñones Paris, shitaki y ostras, tomate, ajo.

Entre los postres encontramos torta de merengue con lúcuma (exclusivo de chile) o con moras, higos rellenos con nueces, semifreddo de almendras acarameladas y clementinas y la torta llorona, postre tibio de chocolate amargo con centro de chocolate líquido.

En su próxima visita a la Patagonia chilena por favor no deje de visitar y de comer en este lugar tan encantador, quedará fascinado, como yo.

lunes, 1 de febrero de 2010

El prodigio de Maycas de Limarí


Una bodega sorprendente que marca la pauta en 2010

El 2009 fue un año espectacular en reconocimientos para viña Maycas de Limarí, que en su corta vida ha logrado sorprender a la crítica especializada. Ahora, en 2010, esta viña situada en el norte de Chile y orientada a la producción de vinos súper premium, logró sorprender con su particular estilo al panel de exigentes jueces que evaluaron más de 500 vinos de la industria chilena en la séptima versión de los Annual Wines of Chile Awards 2010.

El Chardonnay icono Quebrada Seca 2007 y el Reserva Especial Syrah 2007 obtuvieron Medalla de Oro en la séptima versión de los Annual Wines of Chile Awards. Ambos vinos son el reflejo de la elegancia, mineralidad y el frescor de su origen.

Quebrada Seca 2007 es un blanco superlativo, con aromas minerales y cítricos que nunca cansan, invitando a beber y disfrutar hasta terminar la botella. Hay tonos a lima, a pera, incluso a piedras, todo ello en una estructura fina y bien armada, que lo hace insuperable junto a pescados y mariscos.Quebrada Seca 2007 permaneció durante 14 meses en barricas de roble francés: 47% en barricas de primer uso y el 53%, de segundo uso, sin embargo la madera no es protagónica, sino un complemento.


En esta oportunidad se contó por primera vez con la presencia de jueces de Canadá, tercer país importador de vinos chilenos. El jurado estuvo compuesto por Tony Aspler, periodista de Wine Spectator, David Lawrason, periodista de vinos para Toronto Life, John Szabo, redactor de Wine Access Magazine, Rod Phillips, periodista de vinos para el diario Ottawa Citizen, Sid Cross, panelista y educador de vinos gourmet, Gurvinder Bhatia, periodista de vinos para la radio CBC, Anthony Gismondi, periodista de vinos para el Vancouver Sun, David Sholefield, profesor y consultor de vinos, Nick Hamilton, periodista de vinos para Vins &Vignobles y Bill Zacharkiw, escritor de Montreal Gazette.


A la importancia de estos reconocimientos se suma el hecho que los jueces tuvieron la oportunidad de visitar Limarí, probar toda la línea de Maycas de Limarí e involucrarse del proyecto y su origen.


Estos importantes reconocimientos se suman a los extraordinarios puntajes obtenidos por Maycas durante el año pasado y a su sorprendente nominación en la revista Wine & Spirits, que la destacó junto a Concha y Toro como una de las viñas del 2009, destacando su sólida posición en la producción de vinos de calidad ultra premium en el norte de Chile.